Nuestros vinos
Las levaduras, hongos unicelulares microscópicos, que tanta relevancia habrán de tener en la descomposición del azúcar de la uva de nuestros viñedos, resultan especialmente abundantes y vigorosas en estas zonas áridas, tanto es así que en tiempo de maduración resultan apreciables a simple vista, y, estas circunstancias hacen que el proceso de fermentación alcohólica se lleve a cabo en forma exclusivamente natural.
Se trata de una explosión de fuerza que se inicia en apenas veinte y cuatro horas y que es necesario ralentizar mediante el control de la temperatura, y en todo caso provocará que las características de la uva se vuelquen por completo, por contacto con los hollejos, en el caldo resultante y provoquen un característico aroma y color.
¿LOS CONOCES?
Elaborado exclusivamente con uva garnacha que medida en cepa no supere los 13 grados de azúcar, y que despalillada manualmente permita una muy corta maceración de apenas unas horas.
El resultado de este proceso es un vino muy afrutado y oloroso, de color rosa claro agradable en copa, con una graduación alcohólica controlada y que permite su saboreo en temperaturas frescas, con combinación con cualquier producto de huerta o de la mar.
Elaborado con uva mayoritariamente tempranillo, a la que se añade un porcentaje próximo al 25% de garnacha para moderar el fuerte sabor e impregnar del olor el vino.
Concluida la fermentación alcohólica y transcurridos un mínimo de tres meses en depósitos cerrados de acero inoxidable, realizadas limpiezas y trasiegos, las tan reseñadas propiedades organolépticas que el consumidor percibirá a través de sus sentidos (gusto, vista, olfato y tacto), en unión de vigor de las levaduras naturales de los altiplanos del noreste andaluz en que se cría, nos producirán un vino intenso, de color rojo fuerte tirando a cereza madura, sabor de carácter y olores intensos, que también con el transcurso del tiempo producirá una apreciada lágrima en copa.
Estas añadas tienen un atractivo por si mismas puesto que el tiempo que transcurra selladas en deposito incrementa su sabor y olor y mantienen la calidad del vino.
A partir del cuarto mes en deposito entre mil quinientos y dos mil litros se criarán en barrica nueva de roble mixta, francés-americano, a los efectos de incorporar a las características de estos vinos los sabores y olores de estas maderas.
En ocho barricas bordelesas de 225 litros cada una criamos y envejecemos estos vinos durante un plazo medio de doce meses, tiempo en que se conservan y enriquecen sus características; transcurrido este tiempo se embotella y se conserva para su consumo en los espacios de las antiguas cuevas, listo para llegado el momento su etiquetado y consumo.